Este domingo el segmento Viajes del Diario Clarín dedicó una página a los atractivos de General Madariaga.
Desde lo histórico a lo gastronómico, lo cultural y lo natural apareces reflejados en esta nota que compartimos con nuestros seguidores:
Sin bien la provincia de Buenos Aires abarca todas las geografías posibles, uno la imagina siempre como la pampa; un territorio eternamente llano, sorprendido por algún puñado de árboles, peones rurales en sus faenas, animales sueltos y pastizales. Y hay lugares donde ese clima y esta tradición que asocia pampa y gaucho se hace palpable. General Madariaga es uno de los faros que iluminan esta antigua cultura tan argentina, tan bonaerense.
Madariaga está a sólo 30 kilómetros de Pinamar. En algún tiempo perteneció al “partido del Tuyú”; hoy tiene partido propio. Esa cercanía, sin embargo, no podría confundir a nadie. Allá, en el mar, las playas y la localidad balnearia; del otro lado de la vieja ruta 11 se erige, orgulloso de lo que fue y es, el Pago Gaucho.
Este pago tiene fiestas para todos los gustos casi todo el año. La más importante y emblemática es la Fiesta Nacional del Gaucho –segunda semana de diciembre-, genuina expresión cultural de un partido sembrado de “gringos” que hicieron suyas tradiciones y costumbres.
Pasado y presente
Fundada hace 110 años, la actual Madariaga, con casi 20 mil habitantes, es una ciudad plácida, de casas bajas y calles adormiladas. Algunas construcciones antiguas, muy bien conservadas, permiten intuir el sueño de los primeros pobladores.
La localidad nación de la unión de estancias, y por eso tiene dos plazas principales: San Martín, donde sobresale la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, y a pocas cuadras, la Plaza Madariaga, donde se enseñorea el palacio Municipal. Ambas se llamaron “del Tuyú”, término de los pueblos originarios que significa “barro” o “pantano”; “algo fofo” dicen algunos, y se refiere a la tierra, suelo de greda y arcilla con charcos y cangrejales.
Parte de esa historia se puede rastrear en el Museo Histórico del Tuyú. El edificio cuidadosamente restaurado conserva pisos y techos originales de pinotea, zócalos, puertas, ventanas, baldosas y baños con los artefactos originales. Sus salas recorren la historia del partido desde los primeros inmigrantes, y en una sala temática guarda recuerdos del folclorista Argentino Luna, hijo pródigo del pago.
En el Museo Paleontológico Tuyú Mapu, la estrella es un gliptodonte descubierto, casi completo, hace pocos años, junto con restos de pumas, dinosaurios y reptiles prehistóricos.
La calle principal, Avellaneda, está bordeada de construcciones señoriales que destacan la arquitectura de principios del siglo XX. En otras calles sobresalen la Antigua fonda y bar carballo y el Ex Hotel Pavón. Otro hito, medio escondido, es el histórico almacén de campo “La Victoria”.
En la Avenida de los Próceres, que llaman “De los Cabezones”, se suceden los bustos de Belgrano, Alberti, sarmiento, Moreno, Mitre, Rivadavia y Saavedra.
Hay que celebrar
Los madariaguenses son muy afectos a los festejos. A la ya mencionada Fiesta Nacional del Gaucho se suma el festival Coplas Madariaguenses, un encuentro folclórico que se celebra en noviembre. Y el Festival Hípico, de carreras de potrillos con competidores de toda la provincia. Hay una Noche de Fogones, con música, baile y asado; se elige la Flor del Pago y sus dos Buenas Mozas de escolta.
El encuentro Abriendo tranqueras reúne delegaciones a caballo y carruajes antiguos, con la presencia de artistas. Y a 30 kilómetros del casco urbano, en Macedo, la Fiesta del Kiwi homenajea a los productores, con música y gastronomía vinculada a ese fruto. Por su parte, la localidad de Juancho es reconocida por su especialidad de tortas caseras.
La ciudad tiene su feria artesanal en el Mercado de la Estación, con productos locales (miel, chacinados, dulces caseros), y hay dos tradiciones a las que nadie se sustrae: una visita a El Mojón, taller de platería criolla de Hugo Gassioles, exponente de la orfebrería tradicional (cuchillos, rebenques, espuelas) y otra al productor de chacinados y embutidos Bravo, que tienta con los jamones, el chorizo seco y las morcillas con verdeo.
El toque de modernidad lo da la Cervecería Dillon, regenteada por un gaucho con sangre lejanamente irlandesa. Delicatessen en la pampa.
Tierra de lagunas
No muchos saben que General juan Madariaga es el partido bonaerense con más cantidad de lagunas: 67. Desde humedales hasta la estrella: la Laguna Salada Grande. Configuran un recurso de gran valor económico, cultural, científico y recreativo. Este verdadero tesoro ecológico, según los especialistas, es uno de los ecosistemas más productivos del planeta.
Pero lo más importante para un paseante es lo disfrutables de cada uno de estos lugares. Junto con Los Horcones, la Salada Grande es un bastión para la pesca de pejerreyes, tarariras, canoa, windsurf, veleros. Están equipados con camping, parrillas, dormis, proveeduría, restaurante y juegos infantiles. Todo, en medio de frondosos monte de tala y coronillo. Y hasta se puede hacer avistaje de aves: en la zona abundan jilgueros, cabecitas negras, zorzales y calandrias, entre otras aves vistosas.